13.11.05

Un dirigente Schoenstattiano

Síntesis de un texto del "Manual del Dirigente" P. Rafael Fernandez de la A.


Que NO es un jefe Schoenstattiano.

1. No es un ideólogo, un profesor que gusta dictar cátedra o acaparar sin dejar hablar a los demás, que apabulla haciendo alarde de su saber, sobretodo si no encarna la verdad que proclama. Un jefe schoenstattiano, debe saber escuchar, motivar y recibir las opiniones de los demás. Por supuesto que debe poseer sólidos conocimientos de la Iglesia y de Schönstatt, lo que le dará seguridad, pero educar consiste en algo más que en proclamar verdades.

2. No es un organizador o dirigente activista que se caracteriza por estar siempre en movimiento, exigiendo efectividad, sobretodo si es a costa del cultivo de la vida y de las relaciones personales, o de la vida de oración. El dirigente debe saber permanecer detrás, procurando que las iniciativas surjan de los suyos.

3. No es un caudillo, un dirigente personalista, que busca estar siempre en el centro, que todos lo sigan en sus planes o se identifiquen con sus intereses, o que incluso promueve actitudes de rebeldía en los suyos frente a otras personas con autoridad.

4. No es un pequeño dictador, que ejerce su autoridad imponiéndola, sin respetar la realidad, la opinión ajena y que cree que él lo sabe todo y todo lo hace mejor. Tampoco es el otro extremo, un jefe "democratista" el cual no tiene conciencia de que estállamado a ser un centro personal y una fuente de vida para la comunidad a su cargo. Quiere que todo se resuelva por votaciones, no toma iniciativas, insistiendo que el está a nivel de los demás, no logra cohesionar al grupo y genera inseguridad.

5. No es un jefe "anémico" que no sólo no desea poseer autoridad sono que tampoco la tiene. Le falta confianza en sí mismo y en Dios. Se siente sobrepasado por su cargo y sus necesidades lo amedrentan. Por eso con facilidad "desaparece" del grupo y deja "botado su cargo". No es raro que opte por quejarse de que todos están contra él o no lo toman en cuenta.

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Taller Fe Practica Divina Providencia

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Programa Taller Vivencial sobre la
Fe Práctica en la Divina Providencia

- Video sobre espiritualidad de Schoenstatt
- Testimonios
- Presentación conceptos Fe Práctica en la Divina Providencia
- Presentación símbolos de la Divina Providencia
- Meditación sobre los símbolos de la Divina Providencia y mi historia personal.
- Cómo el Padre Kentenich enseñó a la Hna. Petra a tomar una decisión basándose en la Fe Práctica de la Divina Providencia – Metodología FPDP
- Trabajo en grupos, armar un caso (inventado o real sin decir de quién es) pasarle el caso a otro grupo, y qué este aplique la metodología de la FPDP. Plenario: representación del caso y su posible solución.
- Vivencia

Fe Práctica en la Divina Providencia
Algunos conceptos…


Maneras erróneas de vivir la fe

¸ Una fe sentimentalista: La fe no es una idea ni una verdad que yo acepto. Es una vida conforme a esas verdades una coherencia de vida. Tenemos una fe sólida y profunda cuando se vienen abajo los apoyos humanos cuando las cosas no nos resultan y, sin embargo, mantenemos incólume nuestra confianza en el Señor y en María. No es una fe blanda, acaramelada o sentimentalista.
¸ Una fe intelectualista: La separación de fe y via se manifiesta cuando se reduce la fe a ideas. A veces podemos analizar y discutir ideas religiosas sin que esa reflexión y análisis modifiquen nuestra manera de vivir. Caemos, sin darnos cuenta, en un intelectualismo o racionalismo, somos teóricos y muy poco concretos.
¸ Una fe moralista: Es reducir nuestra e a un código de mandamientos o preceptos morales. Una persona de comportamiento ético no es necesariamente una persona religiosa. Pues todo se puede hacer desligado totalmente de quien está desligado de las normas morales, del Dios personal.
¸ Una fe pasiva o un activismo religioso: Permanecemos en el mundo de los sentimientos religiosos pero no pasamos a la acción, hay gente que es asidua a todo tipo de prácticas religiosas pero su vida no es testimonio del evangelio. En el activismo se pierde la relación cálida con Dios, se reducen las prácticas espirituales, etc. Las obras sin fe son obras muertas

Concepto de Fe Práctica en la Divina Providencia

¿Qué es la Providencia?
Es la actividad mediante la cual el Padre cuida de todo lo que ha creado, de modo que su plan de amor se vaya realizando eficazmente. Providencia=proveer. Es lo mismo que hace Dios. Para que su plan de amor pueda cumplirse, él debe mandarnos a cada momento las exactas “provisiones” de alegría, dolor, enfermedad, éxitos o problemas que nos convienen.
La fe en la Divina Providencia, puede entenderse de dos maneras: como una fe puramente doctrinal, es la que acepta como verdadera la existencia de la Providencia. Pero este tipo de fe a menudo se queda allí , sin sacar las consecuencias que de dicha “verdad” se derivan para nuestro vivir concreto. Esto último es lo propio de lo que llamamos una fe práctica en la Divina Providencia.
Las consecuencias vitales que ésta saca son dos. Primero, una gran confianza frente a la vida. Porque si la Providencia existe, no hay nada que temer. Significa que el Padre cuida siempre de nosotros con un amor y una eficacia del que la propia experiencia da testimonio. La otra consecuencia es la posibilidad de convertir nuestra fe en una fe activa y colaboradora frente al plan de Dios.
La fe práctica en la Divina Providencia afirma que Dios tiene un plan desde toda eternidad y que todo lo ordena hacia la consecución o el fin de ese plan. Expresiones del Padre Kentenich como “Está en el Plan de Dios” o “Cuál es el plan de Dios en mi vida” corresponden a esa fe.
Esta fe también comprende la verdad revelada de que Dios también deja actuar al demonio en la historia. Teológicamente se habla de que en gobierno del mundo se pueden distinguir las “disposiciones”, o conducciones de Dios, y las “permisiones” de Dios. Es decir, en otras palabras, Dios permite el pecado. El no es el agente del pecado porque quiere resguardar la libertad del hombre.
El gobierno de Dios es misterioso y misterioso también es el fin al cual nos conduce. Por eso la fe práctica en la Divina Providencia incluye riesgo, audacia, oscuridad. “El Dios de la vida no quiere sólo una respuesta de la cabeza, - dice el PK sino también del corazón. La FPDP es la consonancia de la conducción de Dios y del seguimiento del hombre.” La docilidad ante este Dios que me invita a seguir sus caminos y la disposición a ser fiel hasta en lo más mínimo a esa voluntad y deseo suyo: esto es guiarse por la fe en la Providencia.
El Padre Kentenich agrega que esta fe que arraiga en mi corazón filial, en mi amor de hijo, incluye también la fortaleza, la audacia, el heroísmo filial.
La fe práctica en la Divina Providencia está animada de amor, por el amor filial y ese amor se traduce en obras. Es una fe que no se queda en el intelecto sino que baja al corazón y ala vida.

Símbolos de la Fe Práctica en la Divina Providencia
Meditación Personal









La mano Una mano con guantes de hierro










La mirada del Padre El Padre que tiene el timón en su mano










La alfombra La maleta (Hermana M. Emilie)








Los mejores pañales
Meditación

Este momento es una pequeña cita con tu Padre Dios… de meditar en qué momentos lo has experimentado como un Padre Providente. Medita en cada símbolo de la Providencia de Dios que hemos presentado y relaciona con ellos momentos de tu vida. Si quieres cierra los ojos, respira profundo y… ¡conéctate!

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Oración – Encuentro
Elige el símbolo que más te identificó y si quieres escríbele a tu Padre una oración de todo corazón…

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El Padre Kentenich nos ayuda a tomar decisiones
según la Fe Práctica en la Divina Providencia

Los cinco pasos…

1. Sentir un impulso del corazón, un deseo o una inspiración o que se presente un acontecimiento que nos lleve a querer tomar una decisión
2. Lograr una visión realista de la situación concreta
3. Silencio, oración y reflexión y tres noches de descanso profundo… callarse la boquita…
4. Hablar o conversar con una persona de confianza, una persona madura, para exteriorizar lo pensado.
5. Tomar una decisión personal, libre, asumiendo todas las consecuencias.

Textos de Nuestro Padre y Fundador sobre la Divina Providencia

“La fe en la Divina Providencia configura, hasta en los más mínimos detalles, nuestra vida práctica. Todos y más que nadie nuestra juventud aquí presente, tenemos el fuerte impulso creador de apropiarnos de un estilo de vida, de una forma de vida original. Si queremos ser verdaderos hijos de Schoenstatt entonces una parte esencial de nuestro ser tiene que formar según la Fe práctica en la Divina Providencia. ¿Cómo es un estilo de vida práctica de ese tipo?
El hombre providencialista se encuentra en el mundo del más allá y maneja y configura el mundo del más acá. Es decir, está con ambos pies en el más allá y con ambos pies en el mundo del más acá. La gracia perfecciona la naturaleza, lo la destruye sino que la eleva. Para nosotros los schoenstattianos rige una ley: los hombres más sobrenaturales deben ser los más naturales.

Tres características del hombre providencialista:

1. El hombre con una visión clara, amplia y profunda: Gracias a la FPDP no ve las cosas sólo con ojos naturales, tiene un nuevo órgano visual: los ojos de Dios, ve todas las cosas de la vida diaria. Lo más importante es que aprendan a manejar su vida a la luz de la fe.
2. El hombre audaz: Tener el valor de arriesgar algo, de decidirse y de llevar a cabo lo decidido, a pesar de todas las dificultades. En la educación actual es de gran importancia orientarse a uno mismo y orientar a otros a decidir por sí mismos, a asumir responsabilidades. Tenemos que formar a un hombre que decida por sí mismo. El hombre se distingue de los animales por su libertad. La libertad tiene dos dimensiones: la capacidad de decisión y la capacidad de llevar a cabo lo decidido. Si la libertad interior no seremos personalidades fuertes que Dios pueda usar como instrumentos. El hombre providencialista camina por la vida sin mayor miedo, utiliza todas las inseguridades para encontrar seguridad en Dios, entregándose al Padre sin condiciones, sencillamente y como un niño.
3. El hombre alegre porque está seguro de la victoria: Es obvio decir que, en último término, Dios tiene que triunfar contra el demonio a pesar de todas las situaciones externas adversas. Por eso también resulta evidente para el hombre providencialista que en último término la victoria debe corresponder a su bandera, a la bandera de Cristo. ¡Solamente tiene que mantener viva la conciencia de ser instrumento!!”

Tomado de “Tiempos Apocalípticos”, Segunda Jornada Pedagógica en Bellavista, Chile Del 9 al 11 de Marzo de 1951. Editorial Schoenstatt, Santiago 1993

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